Por fin ya mañana es carnaval, Alberto llevaba meses pensando en su disfraz, ya que era su fiesta preferida y estaba deseando ir al colegio al día siguiente, y eso que normalmente para él no era muy agradable ir allí.
Y llegó aquel esperado día, se disfrazó con un tu-tu rosa, una cinta en el pelo, una barita y una camiseta también rosa. Estaba super contento de poder ir así disfrazado, puesto que siempre había querido ser una princesa. Se montó en el coche y entró en el colegio.
Todo eran risas hacia Alberto, empujones, insultos...nadie quería tenerle cerca, les daba vergüenza estar con un chico disfrazado de princesa, incluso los profesores cuchicheaban de él.
Eso a él no le afectó, nadie iba a conseguir que se fastidiase el mejor día de su vida, el día en el que por fin pudo ser la princesa que siempre quiso ser.
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